En el 2018 en violación a la Constitución el Consejo lgbt impulsó una orden administrativa para imponer su estilo de hablar y vivir en el área de la salud, a los que no viven su estilo de vida, ni orientación sexual. Se les escuchó. Hoy la conocemos como la OA 398-2018. A estas personas no les importo para nada los derechos constitucionales de aquellos distintos a ellos. Lograron una orden administrativa que incluso no se sostenía jurídicamente en la Orden Ejecutiva citada, como parte de su base legal.
Desde ese momento el sector cristiano y el conservador impulsó legislación, diálogos, reuniones para que se cumpliera con la constitución. A algunos de estos se les hizo creer que eran escuchados. Dentro del mismo sector conservador-cristiano algunos los acusaron de herejes y de hacer pacto con los lgbt, entre otras cosas. La realidad es que ninguno de sus reclamos prosperó. Incluso en un momento derogaron ese dictatorial e inquisitorial estado administrativo para luego ante la presión de estos grupos observar como la volvían a implementar.
Es en esa coyuntura que varios valientes decidieron ir al Tribunal. Allí luego de varios incidentes procesales y una victoria en el Tribunal Apelativo en conjunto con muchos diálogos que el gobierno decide respetar los derechos constitucionales de los profesionales de la salud.
Es doloroso escuchar hablar de dignidad, equidad, gobierno para todos, pero durante todo este tiempo ver implementada otra política pública en el Departamento de Salud.
Fue mediante esa política pública que muchos necesitados de sostener su familia, pagar sus cuentas, cuyos principios son parte integral de su vida que contra su voluntad tuvieron que tomar dicho curso. Algunos los escuche, los asesore. Vi su dolor, angustia. Gemir por sus principios. Unos se rebelaron, otros contra su voluntad tomaron sus cursos. Necesitaban alimentar a sus hijos.
En todos hubo dolor y angustia. Hoy hemos detenido dicha masacre a nuestros principios cristianos y conservadores. Mañana esperamos no vuelvan a lo mismo. Es triste ver que por miedo a la falsa y creada opinión pública se tomen decisiones alegando el dolor de algunos, pero olvidando el dolor de otros. Fue mucho el dolor de nuestra gente y nadie le ha dicho lo siento me equivoque. La Dignidad es de todos. NO es un patrimonio político partidista es un “status” dado por Dios. Por eso me alegró la frase del Hon. Alcalde de Bayamón. Necesitamos un gobierno que no imponga ideologías.
Lcdo Juan M Gaud 